Tomado del Blog "Algún día en Alguna Parte"
Navidad es una fiesta alegre para algunos, nostálgica y más bien tristona para otros porque recuerdan a seres queridos que les dejaron, una conmemoración religiosa en nuestros tiempos para los menos y de jolgorio con días de asueto para los estudiantes, sobre todo los más jóvenes y, en general, una fiesta muy familiar y hogareña aunque estas últimas notas se van diluyendo con el transcurso del tiempo.
Drama o comedia, la Navidad constituye una suerte de género, un alarde literario que, en sí mismo, contiene sus particularidades expresivas, desde la novela, la poesía, el teatro y, sobre manera, el cuento. Todos los grandes escritores le han dedicado al menos un relato. Vamos a hablar de cuentos navideños. Curiosamente muchos tienen el mismo título: “Cuento de Navidad”.
Es la historia de una mujer, la del herrero que encuentra un huevo de gallina en medio de una nevada. Al comer el huevo, la señora es presa de convulsiones y temblores, quedando con la apariencia de una endemoniada. Al final es curada al parecer ante la contemplación de las fulgurantes irradiaciones de la custodia de oro en la iglesia del pueblo. Un cuento muy en la línea de este autor, que trata en sus cuentos muchos hechos misteriosos.
El niño no había podido embarcar en la nave con su arbolito de Navidad y luces de colores, pero sus padres le tenían preparada una sorpresa en el espacio. Es un cuento maravilloso.
Un joven aprendiz de escritor lee su primera narración ante su mentor, crítico literario, y uno veterano. El crítico calla, el escritor ya conocido pone algunas trabas a la obra del principiante. El crítico, en silencio, finalmente sugiere que para un principiante un cuento de Navidad sería un inicio adecuado y da algunas ideas, que finalmente, tras una lucha esforzada porque la inspiración se resiste a llegar, aprovecha el escritor consagrado, Novodyortsev, “robando” la idea destinada a otro. Este es el comienzo
Escrito en 1843, esta novela corta dividida en cinco capítulos que han sido definidos como estrofas por su autor, narra la historia de Ebenezer Scrooge, un avaro frío y calculador que, en Navidad, aprende a reír.
Son los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura los que le hacen ver que “me habría gustado, lo confieso, gozar de la ingenua libertad de un niño y, no obstante, ser lo bastante hombre como para apreciar su valor”.
Es un precioso y tierno cuento de Navidad, en el que un pequeño de nueve años, aprendiz de zapatero en Moscú, pobre y que lleva una vida mísera, se dirige a su abuelo para que venga por él.
Una Navidad sentimental. Es un paisaje de Navidad sentimental, heredado por el misterio de la literatura. Un paisaje de luces, abetos, filantropía, renos, muérdago, regalos y Santa Claus, Hermanos Grimm, Hans Christian Andersen. “El deseo de Navidad de Pat Hobby“, de Francis Scott Fitzgerald.
Y hasta de “El suplicio de Año Nuevo” (1884), que Anton Chejov compuso retratando las visitas de cortesía que se hacían a familiares y conocidos para felicitar el año nuevo en la Rusia zarista.
De la esperanza y el fervor religioso de Nicolás Gogol en su “Nochebuena” al Truman Capote de “Una navidad“, que recrea autobiográficamente ese instante tenebroso en que alguien nos dice que Santa Claus o los Reyes Magos no existen.
Hay muchos más cuentos que tienen como título la palabra Navidad y numerosos escritores que han escrito narraciones sobre el tema:
“Un árbol de Noel y una boda”, de Fiodor Dostoyevski: una alegoría acerca de la esperanza y de la capacidad del ser humano de redimirse.
“Navidad en el Rhin” de Luigi Pirandello, un relato temprano, de 1896, donde el autor exclamaba:
“¡volvámonos buenos todos, ahora que se acerca la Santa Noche y perdonemos”.
Dylan Thomas escribió “La Navidad de un niño en Gales“, una conversación entrañable entre un abuelo y su nieto, rememorando navidades en la orilla de un pueblo costero; también es referencia obligada en los países anglosajones.
Otros títulos son:
Misa del Gallo, Nochebuena, villancicos, portal de Belén, Nochevieja, Reyes, hasta el Gordo del sorteo de Navidad… “Todos estos acontecimientos encuentran su lugar en estas narraciones, y su lectura es, además de un gozoso entretenimiento, un medio singular de mantenerlos vivos, de reconocer nuestra identidad cultural en las fiestas más hermosas del año”, afirma Rafael Alarcón Sierra, que ha recopilado relatos en dos volúmenes en “Cuentos españoles de navidad“. Van desde “La Nochebuena del poeta“, de Pedro Antonio de Alarcón, a “La mula y el buey“, de Benito Pérez Galdós.
Y los numerosos que escribió Emilia Pardo Bazán con su naturalismo a lo Zola: “Cuentos de Navidad y de Reyes“, “Nochebuena en el infierno“, “Cena de Navidad“, “Los santos Reyes“, etc.